martes, 27 de marzo de 2012

De la miopía a la anorexia

Teoría y práctica de lo absurdo

El arrocito que me salvó de la anorexia. Vila-real. 2012

¿Voy a quedarme ciego?

A pesar de disponer de otros ordenadores, con pantallas de considerable tamaño, disfruto sobre manera del poder y movilidad de un ‘mediano’ “notebook” con monitor de diez pulgadas. Voy con él a todas partes, desde el inodoro a la casa de campo y del campo al inodoro, pasando por la cocina. Me aporta relación familiar, después de cenar, en el sofá, en torno a la televisión consulto, comento, comparto con quienes estén en el momento sobre lo que su destreza y sabiduría me aporta, allí, sin moverme, sin esperar a que abra sus puertas la Biblioteca Municipal de mi ciudad.

Dicho esto y para que no se entienda mal, aclaro, disfruto con un libro entre mis manos, me encuentro al alcance de unos cuantos y ellos mismos de mí, es otro modo de disfrutar de esa gran cosa que es la lectura, es: el modo, con más concreción y sin necesidad de toma eléctrica. Aunque la solemne compañía de un entorno rodeado de estanterías con libros en pleno uso -de lectura, de estudio o de consulta-, hace aun más encomiable la poderosa aportación de ese ‘minúsculo’ aparatito que tantos placeres es capaz de darme sin descanso. Estoy loco por él.

Hace solo unos días me dio por los cálculos matemáticos, las relaciones de tamaño entre unas y otras cosas comenzaron a preocuparme a raíz del recuerdo –y es que me cabreo cuando releo- de unas declaraciones políticas referidas a bregar con un artefacto de estas dimensiones. Un ciudadano vila-realense con cargo importante en la ‘cheneralitat’, de tendencia ya se sabe, rechazaba una cantidad importante de ordenadorcitos de estos que el gobierno central, de tendencia la otra, pensaba enviar a las dependencias “chès” para ser utilizados por el alumnado.


La razón argumentada para tan sonora patochada fue que se iba a producir una nueva generación de miopes por el uso de tan diminuta herramienta, al tener que forzar a diario la visión para la lectura de tan pequeños textos. Al recordar aquella triste historia de prepotente rechazo de un artefacto, que hoy me tiene subyugado, se me metió un miedo en el cuerpo que me quitaba el apetito, lo que nada mal me vino por unos días; y aunque me hacía temblar la preocupación de no recuperarlo jamás, indagué buscando contrastar aseveración tan radical.

Armado de una humilde tira de papel y un pequeño lápiz, marqué con dos cortos trazos la dimensión de una vocal del tamaño de tipo que por defecto me aparece en Word, trasladé la medida a las páginas de un libro –en concreto El Principito- y sorpresa: eran iguales, y hasta ahora, con montones de periódicos, revistas y libros leídos no me he quedado ciego. Desde hace veinte años, cuando cumplí cuarenta, cuando ni existían los ordenadores –en casa-, uso gafas, apenas he aumentado su graduación y ni tan siquiera tengo miopía. De inmediato, y siendo lunes, me puse a guisar un estupendo arrocito caldoso, porque paella comí el domingo.

Hoy, gracias a la ‘libretaordenador’, me apetece escribir más de lo que nunca lo hice, leo más que antes aunque solo fuere porque hay que leer lo que se escribe, y sigo leyendo al modo clásico bastante más de lo que antes lo hacía; disfrutando aparte, de un medio increíblemente ágil y eficaz cuyo poder me asombra cada día que pasa. Es como el padre de la niña del anuncio de Catalana Occidente: puede con todo, todo, todo. Lo del “Conseller” quedará como una historia más de política parda, aunque a veces mentir pueda hacer mucho daño. A él, le guardo un especial rencor por los bocadillos que su susto me privó por unos días, pero mi feliz ocurrencia del recorte de papel me devolvió el apetito.

P.D. Publicados los detalles, se supo que el proyecto de dotación de ordenadores para esta comunidad conllevaba una subvención compartida al cincuenta por ciento por ambos gobiernos, que no eran gratis total. Y visto después el resultado del destape de la podrida olla valenciana, cuando salieron tantos números a la luz pública, se entiende la actitud del conceller FdM. No sabía de donde sacar los duros, o lo que es lo mismo: “no teníen cap perra”, y la ocurrencia de la miopía les vino como anillo al dedo. O sea, que ellos veían bien. Lo veían todo clarísimo. Que no eran miopes, vamos.

viernes, 11 de marzo de 2011

Butifarra catalana

Por si las moscas el Barça...
y ¿porqué no el Villarreal?


Como un banco de pruebas. Vila-real. 2010.


Las cosas improvisadas pueden llegar a ser las mejores, aunque solo a veces, y no es esta una ocasión para esperar calidades al azar.

La vianda que se muestra aquí es experimental, por si hubiesen logros que celebrar, que nunca se sabe. No se dé el caso de que llegado el momento no fuese el manjar del gusto de los comensales. Que con ensayos todo saldrá mejor.

Las pruebas comenzaron en diciembre de 2010 y van por muy buen camino. El proveedor de este decamétrico embutido ya recibió la aprobación de los asiduos a la mesa televisiva del balompié, en varias ocasiones.

La hemos catado fresca y asada, seca y curada por vientos mediterráneos y guisada con excelentes habas de temporada. Solo nos falta probar con buena hogaza de payés y tomate pata negra, Raf, que se encuentra al querer en estas fechas.

Es como si ya lo estuviéramos celebrando. Cosa peligrosa lo de campanear con antelación, pero no hay que olvidar que no deja de ser mientras tanto: simple modo de subsistencia; aunque con excusa y la denominación de origen que le corresponde.

La alegoría fotográfica de la butifarra sobre una paella ni hace falta explicarla, es obvia. Podrían ser varias las farras conmemorativas, que una cosa es almuerzo matutino tertuliano y otra bien distinta almorzar formalmente al mediodía.

En cada jornada caben más momentos de necesidad alimentaria. Lo que comienza con buena butifarra bien puede continuar con arroces varios; y de estos, por aquí, sabemos bastante más que lo justo.

Como dijo La Trinca: "Un, dos, tres... botifarra de pagés" (y paellas veintitrés, si necesario fuera).

  

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Estampa de la villa

Sí, dog´s son dos...


La esquinita los luce a pares. València. 2010

Mi mar de dudas ante una esquina

¿Se llamará así el dueño?
¿O le puso el nombre de aquello que tiene?
¿Será nueva raza de perro o es de lo que tiene el perro?
¿Tienen de ello todos, los canes y el dueño?

Tal vez, ¿los vende?
Si son del perro, ¿no es delito vender la cosa ajena?
Si son los del dueño, ¿que haría sin ellos?
Y si alguien los compra, ¿que haría con ellos?

P.D. Jamás me gustarán los rótulos poco explícitos.

 

jueves, 28 de octubre de 2010

Cosas del comer y del "parany"

Tordos y "Arròs de senyoret" con coliflor

Ayer se llevó a cabo la especial paella mentada en agosto en este blog. Un excelente arroz de señorito enmarcado en una completa jornada gastronómica, en un sugerente espacio de montaña del término municipal de Onda (Castellón).

Concretamente fue en un "parany"(*) de caza, bajo olivos saturados de aceitunas y viscosas varas de pegunta, donde al llegar la noche captarían a los tordos de rigor que osaran acercarse a las desafiantes y peinadas ramas de árboles centenarios.

"Parany de l´horta" al atardecer. Vila-real. 2010

El menú fue variado. A la vez que se preparaban los ingredientes para el arroz, se repartieron responsabilidades culinarias entre los comensales -distintos, pero otra vez seis-; unos desplumaban tordos de la jornada anterior, otros limpiaban o cepillaban unos hermosos "rovellons" y un servidor se afanaba en elaborar un buen y abundante "all i oli" que aportaría el post-aroma bucal a las mejores conversaciones del día.

Bien guisaditos los tordos, con ajos y "rovellons", con el "all i oli" y buen pan, pasaron a formar parte del aperitivo o primer plato a la par que se iba cociendo el arroz.

Huelga decir que todo quedó bien regadito, con tinto del Penedés y de Costers del Segre.

Llegó la hora del arrocito, con sepia cortada a tacos, langostinos pelados, buen fumet de pescado, pequeños pellizcos de coliflor, paella al centro de la mesa y... al ataque. Cosa buena, buena, buena.

El regadío, esta vez blanco, correspondió a un Riesling alemán y a un perfecto Somontano.

Los postres: "pilotes de frare"(*) de casa Manuel/Pastelería Arrabal de Vila-real, "boccata del cardinale", no las hay mejores. Café y religiosa asistencia del Cardenal Mendoza, con sus aromas añejos.

Para la cena, ligereza marisquera: mejillones al vapor, fresquísimas galeras a la plancha y navajas de contramedida; anchoas del cantábrico, boquerones en vinagre, "tonyna de sorra" en aceite y tomates de la propia huerta. Dieta pura, que es de noche.

"Parany" de la huerta con luz nueva del este. Vila-real. 2010

En esta ocasión, el sistema de riego se dedicó a los posos del mediodía -que no eran pocos- incluidos los del Cardenal, ya que algún coleccionista de la mesa quiso agenciarse la botella vacía para usos aceitosos; caprichos que no falten.

(*) parany= lugar trampa
(*) pilotes de frare= bolas de monje

  

sábado, 2 de octubre de 2010

Gayumbos con parche


Señal de urgencia con sello ajeno. València. 2009

Donde hubiera buen calzoncillo
que se quiten pañuelos de seda,
que una urgencia es una urgencia
y con la sanidad no valen prendas.

 

lunes, 20 de septiembre de 2010

¿Condón quien?

Sistemas antiderrape. Vila-real. 2010

De una Condesa de añitos pocos
a tenor de condones de colores

Preguntole el Conde a la Condesa,
que con don quien anduviere esa tarde
en que el Conde a ella no viere
en parte alguna del condado.

Y díjole la Condesa,
que estuviere donde fuere
sufrir no debiere,
que lo que a el preocupare
presta estuviere la Condesa,
para que "ahí" nadie metiere, sin paraguas,
nada caliente que al Conde ofendiere.

Y que bien guardose ella
de posibilidad de cornamenta, si la hubiere,
que nadie se percate por engorde
y su honor dejare en paños.

Que condón nada que ver con don quien,
que si ella usare condón
al Conde pudiere irle bien,
que el disfrute de la Condesa
acordado estuviere de antaño
y de esto no hay más que hablar
y si no, le remito al apaño.


Alex Vicenç.2010

lunes, 13 de septiembre de 2010

Mis tres gracias con chalequillo

Las tres gracias de Siam. 1998


Mi tercer ejercicio autodidáctico de ´retoque y manipulación´ (de simetría tríptica) con Photoshop 4.0.
Realizado con el recorte de una fotografía tomada por mí, en unas Jornadas en Cadaqués.
Por mor de la más simple regla, mía, de que todo es mejor a triples que a pares, entenderéis que este laborioso proyecto pudiera llegarme a dejar triplemente encantado.